Estos son los paisajes más fotografiables de las rutas naturales argentinas
Argentina regala en sus 17 rutas naturales una infinidad de paisajes y postales listas para ser inmortalizadas en la cámara del turista de turno. Acá, un recorrido por algunos de sus spots más fotografiables
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y no podríamos estar más de acuerdo. Por eso, he aquí el listado de postales que deberían estar en el álbum de cualquier turista que decida recorrer el infinito suelo argentino y sus 17 rutas naturales.
1. Una de las siete maravillas naturales del mundo en la Ruta de la Selva Misionera
La premisa de visitar las Cataratas del Iguazú en Misiones al menos una vez en la vida debería ser regla en cualquier biblia viajera. Y retratarlas, claro, la siguiente condición. Sin embargo, condensar en una sola imagen la fuerza natural que se sincroniza con la claridad de la pequeñez humana es todo un desafío. Una sensación que solo se puede comprender en su totalidad cuando llega la hora de estar frente a frente con la potencia de aquella caída del agua. ¿Es este otro motivo más para visitarlas? Por supuesto.
Ahora bien, ¿en qué momento del día conviene capturar su esencia? Depende de los gustos del pasajero. En el primer turno de la mañana, al haber menos movimiento y debido a los horarios que acostumbra la fauna, se pueden avistar más animales. Por la tarde, en cambio, los rayos de sol dan pie a la formación de un sinfín de colores sobre el agua. Ese instante mágico en el que los arcoíris tiñen la postal.
2. El Glaciar Perito Moreno y el Fitz Roy en la Ruta de la Patagonia Austral
Santa Cruz le regala a cientos de turistas una de las vistas más impactantes del continente americano: el Glaciar Perito Moreno. Sencillamente el tercer manto glaciar más grande del planeta después de los polos. Tan alucinante es, que la UNESCO lo incluyó en el destacado grupo de Patrimonios de la Humanidad (léase: lugares en la Tierra de valor universal y excepcional). ¿Lo mejor? Este gigante macizo de agua helada no solo se puede divisar sino que, crampones mediante, habilita el trekking sobre hielo que para muchos se corona con un trago de whisky en mano.
Y no todo termina aquí, porque si se pisa territorio santacruceño - más precisamente el Chaltén - un retrato sin duda inolvidable es la combinación de los picos irregulares del Monte Fitz Roy con el color esmeralda de la Laguna de los Tres.
3. La seguidilla de lagos de la Ruta de la Patagonia Andina
Si decimos Patagonia ya te convencimos. Para muchos es el paraíso en tierra, para otros la locación ideal para encontrar paz y tranquilidad; y para los fotógrafos más apasionados la excusa ideal para disparar sin parar a los cientos de espejos de agua que se disfrazan de lagos. La mítica ruta 40 argentina atraviesa las tres provincias de este recorrido - Neuquén, Río Negro y Chubut - y todas se prestan para la búsqueda del tesoro de panorámicas únicas.
4. Icebergs, islas, témpanos, fiordos, glaciares en la Ruta del Continente Blanco
Si el frío no es un problema, es por acá. Si la aventura es lo tuyo, también. Llegamos a una de las figuritas más difíciles del álbum coleccionista viajero: La Antártida. Tiene que ver con que es el territorio menos explorado del planeta. Pero la buena noticia es que Argentina tiene su puerta de entrada y luego de una embarcación de 11 días desde el Fin del Mundo, rebalsan las oportunidades fotográficas para captar la inmensidad de sus paisajes.
Además, para los fanáticos de la fauna acuática, se pueden avistar ballenas, lobos marinos, focas y pingüinos.
5. Un océano de piedra en el Campo Piedra Pómez en la Ruta de la Puna
Parece un paisaje extraterrestre y eso ya seduce a más de uno. En el norte del país, más exactamente en Catamarca, está una de las mejores obras de la naturaleza. Gran artista supo ser, porque alrededor de cien mil años atrás dibujó este magnífico escenario que hoy se transformó en un desierto infinito (e increíble) de esculturas blancas, grises y rojizas.
¿Suspiros? 24/7. ¿Fotos? Incontables.
6. Los Esteros de Iberá en la Ruta del Iberá
Uno de los humedales más grandes del mundo. Otra estadística más que convincente para viajar y gastar el lente de turno. Fotografiar atardeceres memorables, navegar por abundantes aguas, hallar alguna de las 350 especies de aves de la zona y convivir por unas horas con la fauna más impactante del país es parte del viaje.
7. El rojo del Parque Nacional Talampaya en la Ruta de los Desiertos y Volcanes
Acantilados rojos y naranjas, una energía espectacular y su merecido título de Patrimonio de la Humanidad. Hola La Rioja, hola postal increíble. El Parque Nacional Talampaya es dueño del mismísimo suelo que - aparentemente - habitaron los dinosaurios hace 180 millones de años. Historia, naturaleza y un viaje en el tiempo digno de rememorar una y mil veces.
8. Palmeras milenarias en la Ruta del Litoral y los grandes Ríos
El Parque Nacional El Palmar en Entre Ríos, como su nombre lo indica, es un bosque de palmeras único en el mundo. Son de la especie Yatay que - sí, adivinaste - escasea en otros escenarios globales. Por eso, el dibujo natural que se forma a los pies del río Uruguay pide a gritos que te lleves cientos de recuerdos en forma de fotos. ¿El mejor momento para visitarlo? Primavera, porque la temperatura es clave para acampar bajo la luz de la luna.
9. Los jacarandás porteños en la Ruta de las Llanuras y la Costa Atlántica
El desborde de lila que necesitan tus fotos. En el barrio de Palermo, Recoleta y Belgrano, los meses de noviembre y diciembre reciben la primavera con el florecimiento de once mil jacarandás que tiñen toda imagen de un sentimiento romántico que - claro - combina a la perfección con el calorcito que anticipa el verano.
¿Una recomendación? Si las flores son tu debilidad fotográfica, visitá El Rosedal en Palermo o la Reserva Ecológica en Puerto Madero. Dos puntos panorámicos maravillosos y llenos de paz.
10. El cielo estrellado del PN el Leoncito en la Ruta de los Altos Andes
¿Sabías que los cielos donde más estrellas se ven son aquellos que no tienen contaminación lumínica? Por eso, cuando estás en un campo se ven mejor las estrellas. Justamente esa es la razón por la cual la noche oscura de San Juan en el Parque Nacional el Leoncito se transformó en uno de los escenarios más distinguidos para los fanáticos de los astros.
Ahora bien, lograr una buena postal de un cielo estrellado es - por lo menos - desafiante. Así que te dejamos algunos consejos para sacar una placa digna de cuadro: ¡usá cámara! El celular muchas veces no llega a capturar eso que ve el ojo. Por supuesto, manejá la configuración manual (la receta: ISO bajo, diafragma bien abierto y velocidad según el resultado que quieras lograr). Es clave que no haya ninguna luz externa, así la única que se capta es la de las estrellas. Y claro, ¡tené paciencia!