5 carnavales imperdibles a puro ritmo y color en el país

Desde el famoso Carnaval de Gualeguaychú en Entre Ríos hasta el de la Quebrada de Humahuaca en Jujuy o aquél de Corrientes, la Capital Nacional del Carnaval. Febrero es el mes de la fiesta, la música y la cultura.

Durante los últimos días de diciembre el mundo entero está de fiesta. Por supuesto, Argentina no es la excepción. Más bien todo lo contrario. Es que en el país del asado, toda celebración se vive a flor de piel. Tiene sentido, pues somos 45 millones de argentinos apasionados y fanáticos del encuentro. Ahora bien, esos festejos que abren la temporada de balances y metas, son solo un presagio de las festividades que se dan los primeros meses del año. Es que cuando llega enero y sobre todo febrero, llega la verdadera fiesta: el carnaval argentino. 

Una colorida costumbre que nació en épocas coloniales y con el tiempo se fusionó con las notas autóctonas de cada uno de las provincias dónde echó raíces. Por eso, hoy es una de nuestras mayores expresiones culturales. ¿Qué no puede faltar? El color, la energía, el baile, la música y el clásico calorcito de verano. 

1. Carnaval de Gualeguaychú en Entre Ríos

10 noches a puro disfrute, más de mil integrantes, decenas de carrozas y hasta 70.000 plumas. Hace 25 años que el corsódromo del Parque de la Estación - en Gualeguaychú - es sede del mismísimo “Carnaval del País”. ¿Esto quiere decir que es el único? Claro que no, pero sí es uno de los más icónicos y visitados de la región. Y el porqué tiene que ver con sus desfiles y coreografías inigualables. Será por eso que enamora a locales y turistas del mundo entero. Que su capacidad alcanza a las 40 mil personas. Que se trata de uno de los eventos entrerrianos más esperados del año. Y sobre todo, que merece un espacio en tu próxima lista de pendientes viajeros.  

Y si vas a estar por la zona, anotá algunas ciudades en la provincia que también celebran el carnaval: La Paz, Concordia, Gualeguay, Concepción del Uruguay, Hasenkamp, Victoria y Santa Elena. 

2. Carnaval de la Quebrada de Humahuaca en Jujuy

En sus comienzos tomó algunas características de sus raíces españolas que luego fusionó con sus principios nativos más fuertes. ¿Cuáles? Los que honran y celebran la fecundidad de la Pachamama (deidad que representa a la Madre Tierra). Justamente por eso, todo empieza con el “desentierro del diablo”. Se trata de un hito que ocurre año tras año y es representado a través de la extracción de un muñeco de trapo que fue enterrado al terminar el último carnaval. Es un símbolo de la liberación de nuestros deseos reprimidos que durante el festejo se sueltan sin recato. Mucho baile, colores, bebidas y diversión. 

En línea con las tradiciones locales, la música se interpreta con instrumentos autóctonos como los erkenchos, las anatas, los charangos y bombos. Las multitudes se disfrazan, se reparten ramitas de albahaca y vuelan serpentinas entre los invitados. Sin duda, es una celebración que pinta Jujuy de todos los tonos del arcoíris.  

Dato: a pocos kilómetros, en Salta, se celebra el carnaval más alto del mundo a 4200 msnm.

 

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3. Fiesta en Corrientes, la Capital Nacional del Carnaval

He aquí otro de los carnavales de mayor despliegue y magnitud en el país. No por nada la ciudad de Corrientes se transformó fácilmente en la Capital Nacional del Carnaval de Argentina. Tiene un corsódromo con capacidad para 35 mil personas donde la música juega una pieza clave que combina a la perfección con el estallido de color, bordados, diseños y brillos que indundan las calles. 

La dinámica - además - incluye la presentación de diversas comparsas (grupos que desfilan y bailan juntos) que compiten entre sí para el título de los mejores del año. Y claro que la premisa de llevar el espíritu y la energía carnavalera en cada una de sus esquinas, se cumple con honores. ¿Una curiosidad? Corrientes tiene su propio Boca a River comparsero: las eternas rivales Sapucay y Ará Berá.  

4. La Chaya en La Rioja

Sus orígenes remiten a las celebraciones de los pueblos del norte. Por eso, la idea de tres días de liberación se repite. Se rompen las ataduras y todos bailan, beben y disfrutan como nunca antes. El espíritu, la magia, los colores y la alegría de las murgas se entremezclan entre los aromas de las ramas de albahaca y los sabores nacionales del vino, las empanadas y el pan.

5. Carnavales en Buenos Aires

¿La fórmula del éxito? Murgas, comparsas y muchísimo color. Buenos Aires también tiene sus corsos y si bien son varios los barrios que invitan a sus vecinos a bailar entre espuma y serpentina, San Telmo, Boedo y la Boca son las sedes más reconocidas.

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