Día de los Cafés de Buenos Aires: 10 datos que no conocías

Qué son, cuántos hay en la capital, cuál es el más antiguo, qué personajes de la historia los visitaban y más.

El universo narrativo de los bares notables de Buenos Aires es inmenso y en esta oportunidad revelamos aquellos datos que los hacen - si se puede - más notables. 

Cerca del puerto, en plena calle Corrientes, frente a estadios mundialmente conocidos como La Bombonera. Si hay algo que tienen en común son sus ubicaciones estratégicas que los transformaron en punto de encuentro entre todo tipo de personajes históricos, turistas curiosos y grupos de amigos. Están ubicados en 25 barrios porteños y guardan cientos de anécdotas, aromas y sabores que seducen a viajeros del mundo entero. 

¿Por qué notables? Por su antigüedad, arquitectura o relevancia local. Tanto, que forman parte del patrimonio cultural oficial de la ciudad. Y como no podría ser de otra manera, el 26 de octubre, el Día del Café los celebra en honor a la inauguración del más antiguo de la ciudad. ¿Querés saber cuál es? ¡Seguí leyendo!

1. Existen más de 60 bares notables a lo largo y ancho de la capital porteña

Que Buenos Aires tiene raíces cafeteras no es novedad. Que los argentinos son fanáticos de su sabor intenso, el arte que los rodea y el clima que generan, tampoco. No es casualidad que todo aquel que pisa suelo albiceleste se convierta, casi mágicamente, en un apasionado de los encuentros. Es que Argentina contagia el entusiasmo por los abrazos, las ganas de largas charlas y el amor por la gastronomía. Un paso por las tierras de la celeste y blanca es la celebración de la vida misma. Por eso no sorprende que haya más de 60 locaciones que respetan cada una de estas premisas e invitan a disfrutar de un escenario que supo ser testigo de otra época. 

2. Se transformaron en punto de encuentro entre los personajes más célebres de la ciudad 

Viajemos al pasado. A mediados del siglo XIX empezaban a fundarse los primeros bares notables. Los cruzaban otros tiempos en los que los debates eran a puertas abiertas y las plazas y cafés, protagonistas indiscutidos. Esos en los que cientos de confiterías se convirtieron en hogar de discusiones acaloradas, reuniones históricas y expresiones artísticas de todo tipo. Así fue como intelectuales, artistas y hasta presidentes los eligieron como sede de sus tertulias: Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Juan Domingo Perón, entre otros.

3. Café Tortoni, el más antiguo, cumple 163 años 

Se fundó el 26 de septiembre de 1858. Más de un siglo después, sigue en pie. No hace falta una calculadora para darse cuenta de su éxito rotundo. ¿La fórmula? No la podemos develar. Lo que sí podemos decir es que su reputación se sostiene aún con el paso del tiempo. Será por su excelente servicio y evidente tradición. O por su chocolate con churros y café con medialunas. O tal vez tiene que ver con que por sus puertas pasaron gigantes como Gardel, Cortázar, Lorca y Borges. Lo cierto es que, sea cual sea la clave, la respuesta es la misma: hay que visitarlo sí o sí.

4. La historia secreta del cuerpo de Eva Perón empezó a descubrirse en una mesa del Café Tabac

Para entender esta curiosidad, primero hay que tener un pequeño contexto de la historia argentina. Evita falleció a los 33 años. Su cuerpo se veló ante millones de personas, pero en el 55 fue secuestrado. Después de años de misterio - allá por 1989 - sonó el teléfono de Tomás Eloy Martínez, escritor y periodista argentino. ¿Quién era? El coronel Héctor A. Cabanillas, tan solo el hombre que manejó el operativo traslado de los restos de la primera dama. Se juntaron - sí, adivinaste - en Tabac. El resto es historia (y podés leerla en la novela de Martínez: Santa Evita). 

5. Algunos bares también funcionan como museos

Lugar en que se conservan y exponen colecciones de objetos artísticos, científicos y más. Así define la RAE el concepto de museo. Con lo cual - a fines teóricos - los bares notables podrían calificar como tal. Es que en su mayoría conservan la estructura y los objetos de épocas pasadas. Por eso recorrerlos es como caminar en otros tiempos. 

Ahora, más allá de lo metafórico, algunos se reconocen como espacios de colección. Por ejemplo, el Café Banderín data del siglo XX y tiene un compilado de 500 banderas de clubes de fútbol. Y el Bar Palacio, por su parte, es oficialmente dueño del Museo Fotográfico Simik que cuenta con una recopilación de 20.000 fotografías.

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6. Aunque la mayoría son cafeterías, no solo sirven café

Claro que no. El café es solo el comienzo de un listado sabrosamente eterno: almuerzos, tostados, pizzas, mariscos, vermús y muchísimo más. De hecho, algunos lugares superan la propuesta culinaria y venden souvenirs o hasta especias. ¿La única condición? Respetar la vibra histórica que los rodea. 

7. Perón frenó su vuelta a casa para degustar la delicia más famosa del Café Margot

Cuenta la leyenda que el tres veces presidente Juan Domingo Perón volvía de una reunión en los años 50 junto a su comitiva y pidió que sus autos acompañantes doblaran por la calle Boedo para saber de qué se trataba el sandwich de pavita más famoso de la ciudad. Un placer culposo que le habían recomendado y solo se encontraba en Café Margot. ¿Le gustó? Jamás lo sabremos. Lo importante es que si lo querés probar, el menú todavía sigue en pie.

8. En el Café Tortoni Carlos Gardel tenía siempre una mesa reservada para él, lejos de la vista de sus admiradores 

Según el poeta del tango Enrique Cadícamo, era la mesa que estaba en el costado derecho del salón junto a la ventana y entrando por Rivadavia. No llama la atención que semejante artista tuviera su lugar privilegiado en uno de los cafés más emblemáticos de la ciudad.

9. Muchos de ellos se instalaron, originalmente, como almacenes

Con las corrientes migratorias del siglo XIX y principios del XX, muchos italianos y españoles fundaron almacenes y despachos de bebidas que luego se convertirían en bares notables. De hecho, muchos de ellos respetaron su premisa original aún cuando eran cafés. 

10. Se dice que el Bar El Montecarlo era el preferido del Che Guevara

Abrió sus puertas en 1922 y, sin embargo, pareciera que de solo pisarlo se detiene el tiempo. Al día de hoy, se define como el bar notable que sirve las tazas de café más grandes de la ciudad. Tal vez por eso el famoso Che Guevara tenía una aparente predilección. 

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