3 lugares que lucen su cara más bonita en invierno

Las panorámicas argentinas deslumbran los 365 días del año. Pero hay secretos bien guardados que encuentran un brillo extra entre los meses de junio y septiembre. El invierno local aloja algunos imperdibles que merecen ser visitados bajo tintes de nieve.

En el corazón de la tierra de los contrastes, cuando el frío se adueña del paisaje, los destinos argentinos despiertan con una nueva faceta que cautiva los sentidos y envuelve al visitante en una atmósfera mágica. Es en los meses invernales cuando los ríos, lagos y montañas se cubren de un manto blanco: la naturaleza vestida de gala, lista para reversionar clásicos de otras estaciones. Cada rincón del país guarda un tesoro helado que espera ser descubierto por aquellos que se aventuran en busca de experiencias únicas.

1) Tren del Fin del Mundo, Tierra del Fuego 


Una atracción que encuentra su dosis mágica en cualquier momento del año; eso no se discute. Pero, ¿qué pasa si se agrega nieve al paisaje montañoso y boscoso del Parque Nacional Tierra del Fuego? Entonces el resultado excede cualquier expectativa. Así deslumbra uno de los imperdibles más importantes del Fin del Mundo. En sus inicios funcionaba como un tren de transporte de mercancías de la Prisión Nacional de Ushuaia. En 1947 el famoso presidio fue clausurado y, cinco años más tarde, también caducó el trayecto en tren. La nueva línea férrea llegó recién en 1994, esta vez con una única finalidad: puramente turística. Y el resto fue historia. 


Las panorámicas que ofrece el itinerario a bordo son de otro planeta: cascadas, picos nevados, bosques teñidos de blanco y una mística escondida en cada uno de los vagones. El punto de partida es la Estación del Fin del Mundo, ubicada a las afueras de la capital de la provincia, Ushuaia. Una vez salido el tren, hay dos paradas más que resultan estratégicas para fotografiar el entorno. Un recorrido único abierto en todas las estaciones, pero destacando el invierno por sobre el resto. 

 2) Termas de Copahue, Neuquén


¿Calor y frío al mismo tiempo? Claro que sí. Ahí radica el encanto de las aguas termales. Al margen de brindar una buena dosis de minerales naturales que benefician al cuerpo, la oportunidad de disfrutar de un cálido baño en plena temporada invernal mejora ampliamente cuando el paisaje acompaña. Ese es el caso de las Termas de Copahue, en la provincia de Neuquén. Porque en este rincón celeste y blanco el traje de baño se coloca, ni más ni menos, que entre elevaciones repletas de nieve. La proximidad de las montañas da la sensación de estar en el medio de un oasis blanco pero protegido del frío. 


La calidad de las termas ofrece amplios circuitos para tratar distintas patologías, aplicando técnicas como la hidrokinesioterapia, sesiones de fango o algas, baños de inmersión, hidromasajes, entre otras. 

 3) Villa Pehuenia, Neuquén


Un destino ideal para quienes disfrutan de las actividades invernales en su mejor versión: esquí, caminatas con raquetas, trineos y snowboard son algunos de los deportes típicos de la temporada. Y todos pueden encontrarse en este rincón neuquino. La aldea de montaña combina arquitectura de madera con lugares en donde la gastronomía es protagonista y la flora autóctona decora la escenografía. El agregado de nieve en cada pico y ladera es lo que termina de convertir al destino en el telón de fondo de un cuento. El Cerro Batea Mahuida - administrado por la Comunidad Mapuche Puel - cobra especial protagonismo y despliega un gran abanico de posibilidades para los turistas que ansían vivir en primera persona la experiencia nieve. Además, los lagos y bosques afloran tintes blacuescos en recorridos que involucran tanto travesías en 4x4 como caminatas por los alrededores para empaparse de naturaleza. 

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