Catamarca en tu Instagram: 5 paisajes de otro planeta para fotografiar
Desde las Dunas de Tatón hasta el Campo de Piedra Pómez, la Laguna Verde o la Ruta de los Seismiles, la provincia del norte argentino es un universo infinito de oportunidades fotográficas.
¿Si viajaste y no subiste nada a las redes, viajaste realmente? Digamos la verdad, comunicarle al mundo entero nuestra ruta viajera a través de la red de la camarita es casi condición cuando recorremos el destino de turno. Hacerlo o no, será decisión propia. La buena noticia es que si de cumplir esta premisa se trata, Catamarca lo hace y, por supuesto, con honores. Una ruta con los volcanes más altos del planeta, géiseres que aparentan ser lagunas de colores, un desierto blanco y mucho más.
La cosa es que no hace falta un pasaje a otra galaxia, porque todo lo que visites en suelo catamarqueño será - sin duda - de otro mundo. ¿Estás preparado? Anotá:
1.Dunas de Tatón
Tonos blancos, naranjas y marrones se unen para dibujar un sinfín de lomas de arena preparadas para deleitar a turistas del mundo entero. Además de ser sede de postales increíbles, estamos hablando de la locación que aloja a Federico Kirbus, la duna más alta del globo con - tan solo - 1230 metros de altura. Cuando dijimos que habían paisajes excepcionales, no exageramos.
¿Qué se puede hacer por aquí? Contemplar su inmensidad y llenar la memoria del teléfono que acompañe, seguro. También, es una zona clave para hacer sandboard y disfrutar de un recorrido en camioneta 4x4.
2. Campo de Piedra Pómez
Un cuadro infinito de color tiza. El famoso océano de roca catamarqueña. Un escenario que se puede visitar mil veces, porque jamás será igual. Es que después de cientos de años, continúa formándose a antojo y capricho del soplar de los vientos andinos. Pues, si bien no se trata de un mar propiamente dicho, este paisaje sí tiene sus propias olas hechas de piedra pómez.
Son 25 km de lienzo blanquecino ubicados a dos horas de Antofagasta de la Sierra, a 3.000 m.s.n.m. y enclavados en territorio volcánico. De hecho, fueron esos volcanes los que aparentemente dieron origen a una de las imágenes más impactantes del país.
3. Ruta de los Seismiles
¿A qué se debe su nombre? A que en su haber tiene algunas de las cumbres volcánicas más altas del mundo. Picos que - sí, adivinaste - pasan los 6000 metros sobre el nivel del mar. Pero ese no es su único atractivo, porque la ruta atraviesa paisajes repletos de fauna y flora local que se funden entre pueblos de los más pintorescos.
El punto de partida es la localidad de Fiambalá (reconocida, entre otras cosas, por haber sido sede del Rally Dakar). Luego, es un clásico recorrer la Ruta 60 hasta la frontera con Chile para tachar de la lista de pendientes, las vistas a los volcanes más altos del planeta. ¿Dos imperdibles? El Nevado Ojos del Salado que con 6864 metros lidera la tabla mundial y el Monte Pissis, que lo sigue en el ranking con 6792 m.
Si hay fanáticos del trekking leyendo, han encontrado su locación ideal, porque este espectáculo natural se puede apreciar desde el auto o, para su felicidad, en expediciones organizadas de andinismo.
4. Ojos de Campo
En una de las zonas más inhóspitas de la Puna argentina y dentro del salar más largo del mundo - el de Antofalla -, hay tres protagonistas indiscutidos que han sabido robar suspiros a más de uno: los Ojos de Campo. Se les dice así, por su forma circular y brillosa. Y si bien se ven como un trío de lagunas, se trata de tres géiseres inactivos que hoy se disfrazan entre tonos acuáticos azules, rojos y negros en cada caso. Es una coordenada ideal para inquietos y el mejor plan es recorrerlo en 4x4 con cámara en mano.
Dice la leyenda que quienes se acerquen mucho a los ojos, quedarán atrapados. Nada que el zoom de la cámara de turno, no pueda solucionar, ¿verdad?
5. Laguna Verde
En realidad, los lugareños le dicen Laguna Esmeralda para no confundirla con su vecina en Chile. Pero el concepto del color se mantiene. Se trata de un espejo de agua que - como su nombre lo indica - maravilla a quien la visite. Porque, como todo en Catamarca, no necesita ningún filtro de Instagram para brillar en el lente fotográfico.
Queda al pie del Monte Pissis, en un inmenso salar que se extiende por un valle rodeado de siete de los doce volcanes más altos del planeta. Increíble. Es justamente por el suelo blanco, que la laguna adquiere su característico color.